¿Bueno, malo o regular?
El teléfono móvil es una herramienta de comunicación y, como tal, no es malo ni bueno. El uso o abuso de una herramienta es lo que determina el beneficio o el perjuicio que ocasiona.
El teléfono móvil es una herramienta de comunicación y, como tal, no es malo ni bueno. El uso o abuso de una herramienta es lo que determina el beneficio o el perjuicio que ocasiona.
Los móviles, y concretamente los smartphones, tienen un potencial enorme. Bien aprovechados pueden convertirse en una oficina itinerante, una herramienta de productividad increíble. Mal usado, un smartphone con una conexión de datos puede convertirse en un vicio peor que las máquinas tragaperras y crear zombies que apenas tienen vida fuera de Facebook o Twitter.
Hoy en día casi todos los adolescentes tienen smartphone, y los que no tienen, lo quieren tener. Si les preguntas por qué, te contestarán - por que todo el mundo lo tiene. Parece que todos actúan por mimetismo. Pasa igual que con la televisión, casi nadie se plantea si hace falta o no, como todo el mundo tiene... ¡Hay que despertar! ¡todo en la vida es cuestionable empezando por este artículo! ¡no sigamos la corriente y reflexionemos sobre nuestros hábitos y nuestras posesiones! Incluso los smartphones existen porque hubo gente que un día se cuestionó el teléfono tradicional.
Harto del móvil
No tengo conexión de datos en el teléfono, no tengo juegos y - como ya sabéis - no tengo Facebook así que no estoy enganchado ni mucho menos al móvil y lo utilizo únicamente para llamadas de voz y sms. Aún así, estoy un poco harto del móvil por los motivos que comento a continuación.
No me gusta que me interrumpan cuando estoy trabajando. Si la llamada me pilla en clase - y se me olvidó apagar el aparato - tengo que dejar desatendidas a treinta y tantas criaturas con ganas de aprender, aunque sea por varios segundos (lo que tardo en apagar el móvil). Si la llamada me pilla preparando material, ya sea en casa o en el despacho, pierdo el hilo de lo que estaba haciendo, me desconcentro y me cuesta retomar la tarea.
Ni que decir tiene que las llamadas por trabajo son en muchos casos vagas e imprecisas, el interlocutor a veces va saltando de tema y puede que incluso al final no se quede en nada concreto. Los correos electrónicos son mucho más prácticos que las llamadas telefónicas, queda constancia de quién los manda, cuándo y qué quiere exactamente el emisor, y uno los puede gestionar en bloque a determinadas horas del día y extraer y archivar la información necesaria mucho mejor que si se tratara de llamadas de teléfono.
No me gusta que me interrumpan cuando estoy descansando - leyendo, practicando algún deporte, escuchándo música o echándome una siesta. ¿No habéis sentido impulsos criminales al ser despertados de la siesta para preguntar si queréis Canal Digital Plus o como puñetas se llame?
Podría seguir pero no quiero hacer de este artículo algo demasiado negativo así que... ¡dejemos los problemas y vayamos a por las soluciones!
Minimizando el uso
Ahora que comienzo las vacaciones tengo por delante un período ideal para revisar mis hábitos y ya me estoy empleando en ir cambiando el uso que le doy al teléfono móvil.
Como no podía ser de otra forma he optado por la vía minimalista, a saber, casi siempre tengo el teléfono móvil apagado - uso el verbo en presente porque ya estoy aplicando estos hábitos. Cuando estoy en casa, además, el móvil descansa con sus amiguitos los cargadores y cables en un cajón reservado a tal efecto.
¿Para qué lo quiero si lo tengo apagado? - diréis algunos. Pues bien, llevo el móvil en estas situaciones:
- Cuando viajo en coche.
- Cuando salgo en bici.
- Para casos de emergencia (112) cuando estoy fuera de casa.
- Cuando he quedado con alguien, por si surge algún retraso o imprevisto.
En los tres primeros casos, llevo el teléfono apagado y lo enciendo solo si es necesario. En el último caso, cuando he quedado con alguien, lo llevo encendido pero en el momento de encontrarnos lo apago.
En cualquier otra situación, tengo el móvil apagado. Quien se quiera poner en contacto conmigo, que me envíe un correo electrónico.
Espero no haber ofendido a ningún Galaxero o iPhonero, ya comenté al principio que lo que hace buena o mala una herramienta es el uso que se le da. Yo, de momento, opto por simplificar. He escrito este artículo sabiendo que nadie me iba a interrumpir llamándome al móvil :)
¿Y tú? ¿qué uso le das al móvil? ¿te atreves a apagarlo?
En cualquier otra situación, tengo el móvil apagado. Quien se quiera poner en contacto conmigo, que me envíe un correo electrónico.
Espero no haber ofendido a ningún Galaxero o iPhonero, ya comenté al principio que lo que hace buena o mala una herramienta es el uso que se le da. Yo, de momento, opto por simplificar. He escrito este artículo sabiendo que nadie me iba a interrumpir llamándome al móvil :)
¿Y tú? ¿qué uso le das al móvil? ¿te atreves a apagarlo?