miércoles, 10 de noviembre de 2010

La regla del banquillo: uno entra y otro sale


En un partido de baloncesto o de fútbol o de cualquier deporte de equipo existe un equilibrio que se llama igualdad numérica. Puede que un equipo sea más bueno que el otro, o puede que la afición de uno sea más efusiva y anime más que la del otro, pero existe un equilibrio: ambos equipos cuentan con el mismo número de jugadores. Para que entre un jugador fresco al terreno de juego debe salir otro; se debe conservar el equilibrio; uno entra y otro sale.

Este equilibrio, en virtud del cual la cantidad se mantiene, ya que por cada elemento que entra sale otro, se repite en multitud de circunstancias. Para mantener el peso hay que gastar grosso modo las mismas calorías que entran por la boca. Si entran muchas calorías al cuerpo y no se gastan en la misma medida, se acaban acumulando en forma de grasa.

Una persona maximalista tiende a adquirir constantemente cosas nuevas pero no se deshace de las viejas o de las que ya no usa. Eso provoca una acumulación que lleva tarde o temprano a la saturación.

Un minimalista empieza dejando ir todo lo innecesario y superfluo, y cuando llega a tener sólo lo esencial, sigue la regla del banquillo. Si los zapatos están viejos o rotos, un minimalista se compra unos nuevos, pero tira los viejos.

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